Gerard, de 16 años, siempre muestra inquietud cuando al peinarse o ir a la pelu percibe cambios en su cara que hasta hace poco solo podía describir como que estaba ‘ovalada’ o ‘cuadrada’, sin poder saber su familia qué quería decir con esto. Hay algo en su percepción que es diferente: lo que él recibe en el espejo tiene una configuración y se establecen unas relaciones entre los elementos de su cara, que nos resultan difíciles de comprender a las demás personas.
Esto es lo que nos cuenta, sorprendida, contenta y orgullosa, la ama de Gerard:
“Gerard está haciendo unos progresos increíbles. Su expresión verbal está cada vez más enriquecida con palabras y con acierto para expresar ideas, emociones y percepciones en nuestro lenguaje de pobres neurotípicos, si me permites la expresión. Tanto es así que, ¡por fin!, puedo comprender aquello de la percepción de cara cuadrada, ovalada, etc… Gerard un día nos comenta: ‘Mare, estoy nervioso, y ¿sabes porqué?, como me voy a cortar el pelo pues sé que se me cambiará la cara y me veré de color naranja, y a mi me gusta verme color blanco moreno’ ¿Cómo lo ves? Increíble, ¿no Pequeños cambios como lavar el pelo, con o sin champú, cortarlo, ponerse uno u otro auricular para oír música, prendas de ropa de uno u otro color… TODO, modifica lo que ve en su rostro. Y para él son cambios radicales. Algunos le gustan y otros le producen mucha incomodidad. Y no hablemos de cuando se ve naranja, a mi tampoco me gustaría la verdad. Estoy muy contenta, saber eso nos permite ayudarle a llevarlo mejor. La verdad es que vivimos en mundos perceptuales tan diferentes…”
Que una persona con autismo se abra, exprese, intente compartir y hacerse entender cada vez más, no es producto de la casualidad o el azar. Desarrollar esta capacidad depende del acompañamiento sensible de sus personas de referencia. Con atención, observándole mucho, intentando interpretar qué es lo que está sintiendo gracias a sus acciones, gestos y palabras, y dándole modelos de lenguaje sobre lo que es su propia experiencia en estas situaciones y otras, la familia de Gerard ha conseguido, como gran equipo que son, ir entendiéndose y ayudarle a expresar cada vez más y, sobre todo, más comprensible para el resto de pobres neurotípicos.
Enhorabuena, familia. Sois ¡top!
Julia Robles
Psicóloga – Directora de HoDARI