Como comentábamos en otro artículo, suele ser la alteración en el desarrollo del lenguaje lo primero que llama la atención y preocupa a las familias de niños con TEA (trastornos del espectro del autismo). Sin embargo, las alteraciones comunicativas presentes en el desarrollo del niño con autismo son más amplias y previas incluso a la aparición de las primeras palabras. Como también recogíamos en otro artículo, son la intención comunicativa y la atención conjunta las habilidades que están en la base y cimientan el desarrollo social y comunicativo y que, al estar dificultadas en el TEA tienen consecuencias en el desarrollo posterior de estos niños.
Pues bien, además de la intención comunicativa, la atención conjunta y el lenguaje, el desarrollo de la comunicación no verbal del niño con TEA también puede ser anómalo. En este artículo os recordamos algunas de las señales de alarma que nos podrían estar indicando la presencia de un TEA o de una alteración en el desarrollo de la comunicación social:
- Ausencia de sonrisa social.
- Ausencia de gestos espontáneos que expresen emociones.
- No entrega o muestra objetos para enseñarlos a otros.
- No utiliza el señalamiento para mostrar objetos o compartir interés.
- No sigue el señalamiento o la mirada de otra persona para mirar lo que ella está mirando.
- No integra correctamente sus gestos, expresiones faciales, proximidad, lenguaje corporal y contacto ocular mientras mantiene una conversación.
- Tono de voz extraño o monótono.
- Contacto visual reducido o anómalo.
Pensemos en algún adulto con buenas dotes para la comunicación: ese profe que transmitía pasión en clase y al que todos querían oír, o ese amigo con el que todos quieren estar, o ese compañero de trabajo que consigue implicar a todos los demás en sus proyectos. No utilizan sólo el lenguaje. Un buen comunicador utiliza todo su cuerpo, su actitud y su energía para comunicar.
Si nos fijamos bien, la característica que comparten los buenos comunicadores es que consiguen conectar con su audiencia. Consiguen construir un mundo mental compartido con la persona que tienen delante. Un mundo donde las necesidades e intereses de sí mismo como del interlocutor tienen cabida y espacio. Las miradas, las sonrisas, los gestos, las expresiones faciales son herramientas que, junto al lenguaje, permiten construir ese mundo compartido.
La comunicación no verbal sustenta y maximiza la comunicación verbal. Y los humanos vamos desarrollando este lenguaje sin palabras desde muy pronto en el desarrollo, desde antes de producir los primeros sonidos del habla.
Pues bien, ese mundo mental compartido es el resultado de esa habilidad inicial del desarrollo que es la atención conjunta. Cuando la atención conjunta aparece en el desarrollo, se inicia la construcción del yo diferenciado de los demás, y a la vez aparece la necesidad de compartir la experiencia con el otro. Tanto la comunicación no verbal como el lenguaje son nuestras armas puestas al servicio de la construcción de ese escenario compartido donde desarrollamos nuestras vidas.
En HoDARI trabajamos con PACT, una terapia específica de comunicación mediada por familias desarrollada para niños con TEA y otras dificultades en la comunicación social. Este programa está orientado a restablecer en estos niños las vías naturales del desarrollo de la comunicación y el lenguaje, para maximizar sus oportunidades de que se conviertan en comunicadores competentes.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros si crees que tu familia puede beneficiarse de nuestro programa de comunicación.
Aquí puedes leer más información sobre nuestro programa de comunicación y aquí un resumen de las razones que nos llevan a utilizarlo.