Hoy empieza el cole y nos gustaría repasar algunas claves que, si respetamos entre padres y profesionales, pueden hacer la vuelta más llevadera para los chicos con Trastornos del Espectro del Autismo y ayudar a sentar las bases de un curso lleno de aprendizajes:
» Ir recuperando las rutinas perdidas durante el verano. Es conveniente establecer y respetar, como mínimo, horas fijas para ir a la cama y para despertar, garantizando la cantidad y la calidad del sueño. Esto favorecerá el descanso necesario para afianzar los aprendizajes y mejorará la disposición para ir al cole en el mejor estado de ánimo.
» Anticipar los aspectos claves que se encontrarán a la vuelta, sobre todo si son nuevos y diferentes a los del curso anterior: profes, espacios, actividades…
» Establecer agendas individualizadas adaptadas a la modalidad preferente de procesamiento del niño (agendas de objetos, de pictogramas, escritas…) y que reflejen fielmente las actividades más relevantes que se realizan cada día. Es un elemento clave para favorecer la comprensión del mundo por parte del niño, por tanto, el manejo de esta agenda debe ser conocido por todas las personas implicadas directamente en su atención y debemos hacer un uso sistemático y coherente de la misma, si no queremos conseguir el efecto contrario.
» Estar atentos a cambios emocionales y conductuales llamativos que puedan indicar la necesidad de alguna ayuda: una explicación visual o una historia social para entender mejor una situación o una norma, permitir un descanso un cambio de contexto, proporcionar un ratito de atención o juego, llevar a otro contexto estimular…
» Sentar las bases de una comunicación fluida entre los papás y los docentes. Los primeros disponen de mucha información relevante acerca de su hijo: las cosas que le gustan, las que le desagradan, sus fortalezas, el estado de ánimo en el que se encuentran cada día, incluso cómo han dormido son datos valiosos que pueden ser muy relevantes para el desarrollo de la jornada en el aula. Los profes también tienen acceso a gran cantidad de situaciones y experiencias que viven los chavales, que los papás desconocen: las relaciones que se establecen con iguales, la manera de comunicarse con otros niños, nuevos aprendizajes… Las dificultades para explicar cómo les ha ido el día y el diferente comportamiento que suelen presentar en distintos contextos los chicos con TEA obligan a los que interactuamos con ellos a mantener una comunicación estrecha para mantener la coherencia en nuestras expectativas y en los retos que les planteamos para favorecer su óptimo desarrollo.
¡¡¡A por un curso lleno de oportunidades!!!
Julia Robles
Psicóloga – Directora de HoDARI