El Yoga es una disciplina milenaria que aporta al que lo practica beneficios tanto a nivel físico como mental. La práctica continuada del Yoga mejora la fortaleza, la flexibilidad y el equilibrio, pero millones de personas lo practican en todo el mundo porque, además del bienestar físico, les aporta vitalidad, claridad mental y positividad y les ayuda a controlar la ansiedad. En definitiva, porque les ayuda a incrementar sus niveles de calidad de vida, les hace sentir en general más sanos y más felices.
Los niños y adolescentes que practican Yoga también perciben sus beneficios: ven incrementada su capacidad de autoregulación, su autoestima, su forma física y su rendimiento académico y ven reducido su estrés (Wang et al, 2016; Hagins et al, 2016; Hooke et al, 2015).
El uso consciente del cuerpo y la exploración de sus límites y movimientos ayuda a mejorar la propiocepción (Mohanty et al, 2014). El Yoga también ayuda a mejorar la atención, la velocidad de procesamiento y la memoria (Prakash, 1989; Manjunath et al, 2004).
En poblaciones de niños con necesidades especiales se han encontrado mejoras en la adaptación social, el rendimiento académico y su capacidad de autoregulación (Uma et al, 1989; Mehta et al, 2011). El Yoga es un contexto de interacción donde se prioriza el respeto al otro y la empatía. El Yoga nos permite conocernos mejor a nosotros mismos, y gracias a ello, comprender también mejor a los demás.
En un mundo en constante cambio, rodeados de información que se sucede a un ritmo vertiginoso, donde estamos excesivamente conectados con el exterior y dando respuesta a lo que viene de fuera, el Yoga nos permite parar y poner nuestra atención en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestras emociones. El Yoga nos permite escucharnos y sentirnos, disfrutar del yo, del aquí y del ahora.
A los niños el Yoga les aporta la libertad del movimiento, aporta una forma nueva de expresión. El Yoga es un espacio tranquilo y seguro, donde no hay competición, donde no hay exigencia más allá de explorar, de mirar para adentro y de disfrutar.
Julia Robles
Psicóloga – Directora de HoDARI