Mindfulness para familiares de personas con autismo y/o TDAH: Qué es y en qué puede resultar de ayuda en la crianza y la convivencia

La crianza de cualquier criatura es una labor que trae muchas alegrías y satisfacciones, a la vez que resulta compleja y difícil para la mayoría de familias. Cuando, además, un hijo o hija presenta alguna condición o desafío del desarrollo, la tarea puede hacerse aún más demandante. En las culturas occidentales, sumamente individualistas, contamos además con muy pocos apoyos para la crianza y tenemos un estilo de vida que puede contribuir de muchas maneras a estimular la tristeza y el estrés. Los familiares, muchas veces irritados y sobrepasados con sus obligaciones y responsabilidades, pueden terminar desbordados por intensas emociones y reaccionando de maneras que no benefician al desarrollo de sus hijes ni a las relaciones en casa: intentando acercamientos que no son efectivos, perdiendo la paciencia, gritando, o entreteniendo con dispositivos electrónicos para conseguir hacer frente a otras obligaciones, por ejemplo.

Bajo estrés, no saben o no recuerdan cómo aplicar las estrategias de crianza que conocen. Por lo que, a todo lo anterior, muchas veces se suma, además, un fuerte sentimiento de culpabilidad al darse cuenta de que les gustaría ser capaces de afrontar las dificultades de otra manera, aunque se ven incapaces.

Tradicionalmente, las familias se han incorporado a grupos y escuelas de familias con enfoques psicoeducativos (donde se explican habilidades de crianza a las familias a nivel teórico). Sin embargo, encontramos que no generan cambios en ellas y no les ayudan en el día a día. Entender y conocer qué debemos hacer, no nos capacita para hacerlo.

¿Qué es el Mindfulness?

Jon Kabat Zynn define Mindfulness como “la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se despliega la experiencia momento a momento”.

Cuando entrenamos la habilidad del Mindfulness aprendemos a orientar la atención en el momento presente (no a las preocupaciones del futuro o a las rumiaciones del pasado), observando la experiencia tal y como es, sin emitir juicios que nos alejan de la realidad de los acontecimientos. Cuando entrenamos esta habilidad, podemos entrar en contacto más profundo con la realidad que nos rodea y con nuestro mundo interior, y esto nos ayuda a reducir el estrés y la tensión emocional, aprender a autorregularnos, mejorar la comunicación e incluso hacer mejor gestión del tiempo. Y todo ello, nos termina ayudando a ser más eficaces en el afrontamiento de las dificultades cotidianas, mejorar nuestro autocuidado y nuestra capacidad de cuidar a nuestros seres queridos.

“Solo cuando la mente se encuentra abierta y receptiva puede producirse el aprendizaje, la visión y el cambio”
Jon Kabat Zynn

¿Qué es Mindful Parenting?

Podríamos traducir Mindful Parenting como Crianza Consciente. En un programa de Mindful Parenting aplicamos los beneficios de la práctica del Mindfulness a la crianza.

En un entrenamiento en Mindful Parenting ponemos el foco de manera prioritaria en el propio estrés del familiar, en su sufrimiento y en las dificultades que está experimentado en su propia persona. Lejos de centrarnos en los problemas de conducta del hijo o hija, prestamos atención a las propias necesidades y circunstancias del familiar.

El entrenamiento tiene lugar gracias a la participación en varias sesiones semanales consecutivas y a la práctica diaria y continuada de las habilidades aprendidas, las cuales se terminan integrando de una manera natural y progresiva en la persona que practica, estando finalmente a su disposición en el día a día. No se trata, por tanto, de una formación teórica, sino de una experiencia práctica y vivencial.

Las familias que practican Mindful Parenting describen cambios profundos en su propio estado mental y emocional y alcanzan una comprensión más profunda de sus hijes y de sí mismas. Y, además, encuentran cambios profundos en sus hijos e hijas y en su relación con ellos y con sus parejas.